Fernanda Hopenhaym
Describir cabalmente la situación de las mujeres en el México de 2011 es un desafío monumental, y no es el propósito de un artículo breve como el que presentamos aquí. Sin embargo, es posible identificar algunos temas centrales y de allí trazar un mapa, aunque no exhaustivo, de los asuntos más significativos para la vida de las mujeres en nuestro país. Nuestro objetivo es, por tanto, presentar muy sucintamente datos fundamentales que permiten entender algunos de los principales desafíos a los que nos enfrentamos las mujeres hoy y donde se necesita una intervención más eficaz de las autoridades, así como un diseño más focalizado de políticas públicas. En esta primer entrega, incluiremos información sobre la violencia de género y los feminicidios, la situación de pobreza de las mujeres y su participación política.
La violencia y los feminicidios
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2006 (la más actual con que se cuenta), revela que el 43% de las mujeres del país han sido víctimas de violencia por parte de sus parejas. Asimismo, alrededor de un 30% de las mujeres mayores de 15 años señaló haber tenido algún incidente de violencia en el ámbito laboral, como acoso, hostigamiento o abuso sexual, mientras que un 39% ha sufrido algún tipo de discriminación en el mercado de trabajo. El 16% reportó haber sufrido discriminación, hostigamiento, acoso o abuso sexual en la escuela. En los espacios comunitarios (calle, mercado, transporte, cine, iglesia, tienda, hospital, etcétera) 40% de las mujeres se ha enfrentado con algún tipo de violencia: 42% ha padecido violencia sexual y 92% intimidación. El 18% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años ha sufrido discriminación en alguna dependencia pública.
Del total de mujeres casadas o unidas, 60% ha sufrido algún tipo de violencia patrimonial, ejercida en su contra ya sea por algún familiar u otra persona. Los estados de la República Mexicana en donde hay más mujeres casadas o unidas que han enfrentado algún incidente de violencia son el estado de México, Jalisco y Colima. En estos tres estados, más de la mitad de las mujeres ha enfrentado violencia física, emocional, sexual y/o económica, ya sea uno o más tipos a la vez.
En cuánto a los feminicidios, según datos del INEGI, la tasa de homicidios por cada 100,000 mujeres se ha incrementado en más del 40% en el país, pasando de 2.45 a 3.52 en el periodo 2005-2009. Para el año 2009, 10 estados encabezaban la lista de entidades con mayor incidencia de feminicidios cada 100,000 mujeres: Chihuahua (13.09), Baja California (10.11), Guerrero (10.07), Durango (7.10), Sinaloa (6.00), Sonora (5.09), Tamaulipas (4.51), Oaxaca (3.82), Michoacán (3.78) y Nayarit (3.69). El caso más conocido es el de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se calcula que han sido asesinadas 465 mujeres en los últimos 20 años, contando además unas 400 desapariciones, la mayoría de esos más de 800 episodios aún sin esclarecer. Por otra parte, si bien el Estado de México se encontraba en el lugar número 11 en ese año, con una incidencia de 3.67 asesinatos por cada 100 mil mujeres, el incremento de feminicidios en esta entidad en los últimos 5 años es alarmante. Según datos de la Procuraduría del Estado de México, se reportaron 922 homicidios dolosos contra mujeres cometidos entre enero de 2005 y agosto de 2010. Si se considera que en 2005 los asesinatos registrados fueron de 97 mujeres, el incremento ha sido del 106% en poco más de 5 años (ya que solamente en 2010 se registraron 200), mientras que la población femenina en la entidad creció nada más un 8%. De esos 922 asesinatos, las autoridades ignoran o desconocen quién es el homicida en el 56.72% de los crímenes y sólo en los casos donde el asesinato fue cometido por una persona conocida (pareja, familiar o vecino), la autoridad conoce la identidad del victimario (35.47%).
A su vez, la Comisión Especial de Feminicidios de la Cámara de Diputados presentó cifras para 2010: 2500 asesinatos de mujeres a lo largo de ese año en todo el país. Actualmente se discute la tipificación del feminicidio en el Congreso, lo cual brindaría herramientas jurídicas más claras para enfrentar esta problemática, y la Comisión Especial prevé que se tome una resolución para Septiembre de 2011.
La pobreza
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2008, en México son más mujeres que hombres en condición de pobreza. Siguiendo la metodología de pobreza multidimensional[1] de la CONEVAL (Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), 44.5% de las mujeres en México vivían en pobreza multidimensional, que en términos absolutos representaba 24.4 millones de mujeres, es decir, cerca de dos millones más de mujeres que de hombres en esta condición (22.6 millones de hombres).
Por otra parte, si se considera las jefaturas de los hogares en condiciones de pobreza, 37% de las jefas de hogar en esta situación carece de los beneficios de programas sociales o de seguridad social, en comparación con 29% de los hombres identificados como jefes de sus hogares.
De la población que tenía al menos una carencia social de las 6 dimensiones consideradas, el indicador nacional era de 77%, que en números absolutos equivalía a 42 millones de mujeres y 40 millones de hombres. Las cifras correspondientes a la población rural y a la indígena eran superiores: alrededor de 96%, prácticamente igual entre ambos sexos.
La brecha de género más notoria es en el rezago educativo, donde se encontraba 22% de la población mexicana, con un porcentaje mayor de mujeres que de hombres (23 y 21 por ciento, respectivamente) y que equivale a dos millones más de mujeres en esta situación. La cifra correspondiente a la población de habla indígena era de 50% y la brecha por sexo, respecto al índice nacional, era mucho más amplia: 55% de mujeres versus 45% de hombres; esto es alrededor de 400 mil más mujeres. Entre la población rural, 36% tenía este tipo de rezago y la brecha por sexo era menor que entre los indígenas (tres puntos porcentuales), no así en valores absolutos (alrededor de 700 mil). El rezago educativo entre la población urbana era de 17%, con un punto porcentual de diferencia entre sexos, aunque en cifras absolutas significó 1.4 más millones de mujeres que de hombres.
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La participación política
Si se consideran los datos oficiales de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) para el año 2009, después de las elecciones federales intermedias, la distribución de cargos entre hombres y mujeres es como se presenta a continuación.
Poder Legislativo
Congreso de la Unión (LXI legislatura):
En la cámara de senadores se cuenta con 30 senadoras, lo cual representa un: 23.4%
En la cámara de diputados se cuenta con 138 diputadas, un 27.6 % del total de representantes federales.
Congresos estatales y Asamblea Legislativa del Distrito Federal:
Si se consideran los datos de manera agregada, de los diputados locales a nivel nacional, solamente el 23.2% son mujeres.
A pesar de existir cuotas en los partidos políticos establecidas por ley, éstas no se cumplen y se utilizan diversas estrategias (por ejemplo suplir a legisladoras electas por sus suplentes hombres una vez pasadas las elecciones) para mantener las limitaciones en la participación de las mujeres en el poder legislativo.
Poder Judicial
La distribución actual de cargos es la siguiente:
- Suprema corte de justicia de la nación: 2 de los 11 integrantes son mujeres
- Magistrados del Tribunal Electoral: 1 de 7
- Consejo de la Judicatura Federal: 0 de 7
- Jueces: 79 de 221(35.7%)
- Magistrados de Tribunales Unitarios: 11 de 61 (18%)
- Magistrados de Tribunados Colegiados: 94 de 449 (20.9%)
Poder Ejecutivo
La cúpula del Poder Ejecutivo federal, conformado por las y los Titulares de las Secretarías y Subsecretarías de Estado, se integra por 60 hombres y 14 mujeres. Las secretarias de Estado representan un 10.5% del total de las secretarías, mientras que un 21.8% de las subsecretarías son lideradas por mujeres.
A nivel estatal, si consideramos las 32 entidades federativas, actualmente solamente se cuenta con una mujer gobernadora en Yucatán. En los niveles locales de gobierno, 16.3% de los titulares de sindicaturas son mujeres, mientras que a nivel de regidores el porcentaje aumenta a 31.4% de mujeres. Asimismo, tomando conjuntamente las presidencias municipales y las delegaciones políticas (equivalente a los municipios en el Distrito Federal), las mujeres titulares son solamente 5%. Incluso, actualmente existen seis entidades sin mujeres como Presidentas Municipales (Aguascalientes, Baja California, Campeche, Colima, Nayarit y Querétaro).
En la segunda y última parte de este artículo nos centraremos en temas de salud sexual y reproductiva, educación y participación de las mujeres en el mercado laboral.
FERNANDA HOPENHAYM es socióloga, egresada de la Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Investigadora y activista feminista.
Este artículo fue publicado anteriormente por la Fundación Equidad y Progreso: http://www.fundacionequipo.org/
[1] Las dimensiones consideradas son: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación. Se incluye además un indicador llamado línea de bienestar que permite identificar a quienes no cuentan con los recursos suficientes para adquirir los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades básicas (alimentarias y no alimentarias)